La sociedad guatemalteca vive polarizada, es innegable. En muchos temas
de la realidad nacional encontramos posturas antagónicas. Estas posturas
en la opinión pública y en la lucha política, se originan de formas
diferentes y contrapuestas de analizar los problemas sociales y como
consecuencia, tenemos propuestas de solución que se alejan unas de
otras. La ideas diversas no son el problema, el problema se produce
cuando un sector impone sus ideas de cómo debe conducirse el país, sobre
el resto de la sociedad.
Aun cuando la polarización se expresa en ideas, discursos y propuestas
políticas, tiene su origen en las condiciones materiales de un país. En
el caso de Guatemala antes de que exista una polarización de ideas y
opiniones, esa polarización existe en la realidad social y económica que
nos toca vivir día a día. La Real Academia Española define polo como
cada uno de los dos puntos opuestos de un cuerpo. La sociedad
guatemalteca es un cuerpo heterogéneo en el que los extremos sociales
son evidentes y se expresan en inequidad y desigualdad. Por ejemplo, hay
pocos ricos muy ricos y muchos pobres muy pobres; según estadísticas
oficiales la pobreza va en aumento. Mientras hay personas que siempre
comen en exceso y hasta se dan el lujo de tirar la comida, en el país
uno de cada dos niños y niñas sufre desnutrición crónica. Mientras 2% de
agricultores poseen el 60% de la tierra cultivable, la gran mayoría
(92% de productores) debe producir en sólo 22% de tierra. Mientras menos
del 2% de las guatemaltecas y guatemaltecos tienen acceso a educación
universitaria, una gran cantidad de población se queda sin acceso a
educación secundaria o de nivel medio y un millón setecientos mil aún
son analfabetos. Mientras hay familias que cuentan con tres o cuatro
vehículos automotores y viajan con guardaespaldas, la mayoría de
población se sube todos los días a camionetas en mal estado y con la
sensación de que en cualquier momento matan al piloto del bus y asaltan a
los pasajeros. Mientras un sector de población puede pagar seguro
médico y cubrir operaciones que pueden llegar a tener costos en
hospitales privados de hasta cincuenta mil quetzales, millones de
habitantes no cuentan ni con asistencia pública en salud y se van
muriendo poco a poco, resignados a la muerte. Mientras hay familias que
viajan a Miami o Nueva York para hacer compras de ropa, relojes y joyas,
la mayoría de la población se viste con ropa usada americana.
Ahora bien, ni la pobreza ni la desnutrición o el analfabetismo son fenómenos naturales. Son eventos sociales que tienen causas históricas, provocadas por la interacción desigual en las relaciones de poder entre grupos sociales. Los grupos privilegiados se aferran a sus privilegios y los grupos excluidos exigen derechos e igualdad. De esta forma se da la polarización en la sociedad. Esta polarización no disminuye si acusamos al otro de terrorista, comunista, desestabilizador o cosas por el estilo. La polarización de las ideas y posturas políticas se reducirán cuando encontremos los caminos para resolver la polarización material, es decir, minimizar las desigualdades sociales y económicas que tienen al país al borde del abismo.
Ahora bien, ni la pobreza ni la desnutrición o el analfabetismo son fenómenos naturales. Son eventos sociales que tienen causas históricas, provocadas por la interacción desigual en las relaciones de poder entre grupos sociales. Los grupos privilegiados se aferran a sus privilegios y los grupos excluidos exigen derechos e igualdad. De esta forma se da la polarización en la sociedad. Esta polarización no disminuye si acusamos al otro de terrorista, comunista, desestabilizador o cosas por el estilo. La polarización de las ideas y posturas políticas se reducirán cuando encontremos los caminos para resolver la polarización material, es decir, minimizar las desigualdades sociales y económicas que tienen al país al borde del abismo.
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