¡Construyendo medios independientes! ¡Otra visión desde esta tierra!







miércoles, 25 de julio de 2012

LOS IXCÁN BOYS

Ixcán significa, en idioma q’anjob’al, tierra de muchos relámpagos y muchas lluvias; en kaqchikel significa mujer o madre serpiente. Este municipio del norte de Guatemala fue territorio selvático inexplorado hasta que la colonización inició en los años 60s del siglo pasado. Los colonizadores, campesinos pobres, llegaron del altiplano central y occidental del país en busca de tierra para producir, recurso que en sus lugares de origen era escaso, ubicado en pendientes y de poca profundidad cultivable. Encontrar tierras en la selva les permitió no verse obligados a trabajar en las grandes fincas de los terratenientes explotadores de la Costa Sur y la Boca Costa. La lejanía de estos nuevos asentamientos y cooperativas respecto de los centros urbanos hizo que los primeros colonos pudieran sobrevivir apartados de la relación con el Estado y ya en los 70s el grado de desarrollo comunitario en el medio de la selva era considerable.

lunes, 16 de julio de 2012

¡Hablemos del hambre... pero en serio!

Guatemala, sus habitantes y con mayor peso, los sectores que pueden decidir o influir en la toma de decisiones, cargamos sobre nuestros hombros una infamia profunda. Los niños y niñas en este país se mueren de hambre. Los que padecen hambre y sobreviven, lo hacen en condición de desnutrición permanente. Es una tragedia nacional que tratamos de esconder, es una vergüenza propia a la que le volteamos el rostro y pretendemos que es ajena. Cuando se agrava la problemática, aunque parezca imposible que empeore, nos damos golpes de pecho o buscamos responsables; es fácil culpar al gobierno: hace 25 años se culpaba a la Democracia Cristiana, hace 10 fue el FRG, luego la GANA y hoy los dedos acusadores apuntan a la UNE. En pleno proceso electoral, el tema es un arma de guerra.

lunes, 2 de julio de 2012

BRUTALIDAD POLICIAL: UNA NIÑA LLORA DESCONCERTADA

Una niña de no más de 15 años con los ojos rojos, hinchados y lagrimeantes llama a su casa y le pregunta a su hermano con voz temblorosa y pánico contenido: ¿cómo llego a la casa, en dónde tomo la camioneta? Se ve desconcertada... se sabe desamparada. A cincuenta metros siguen sonando las descargas de gases lacrimógenos que la hacen llorar y sentir ardor en garganta y nariz; es estudiante del magisterio y a menos de una cuadra sus compañeras del INCA y el Belén se protegen ojos y narices con suéteres del uniforme: la policía las ha atacado. Llega gente que les deja botellitas de vinagre compradas en las tiendas de la zona 9 a dos quetzales con cincuenta centavos: la cultura de las protestas populares y de la represión estatal con gas y golpes está en la memoria reciente de la población.